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La ruta de las iglesias coloniales en el centro de la ciudad
Hubo 26 que se edificaron en Bogotá, pero muchas cayeron por culpa de los terremotos y fueron reconstruidas. Mercedes de Pacheco presenta en su libro “Historia y arte de las iglesias coloniales de Bogotá” un recorrido por su arte y arquitectura, que las han convertido en patrimonio de la ciudad.
En los tiempos de la Colonia, a Bogotá llegaron centenares de frailes de las órdenes franciscanas, dominicas y agustinas, quienes rápidamente construyeron iglesias y conventos para inculcar la religión católica entre los habitantes.
A las grandes infraestructuras se sumaron intervenciones artísticas y religiosas inspiradas en lienzos y técnicas europeas, que se convirtieron en tesoros para la ciudad. Pero, con los años, los saqueos y, en parte, el olvido de estos lugares, gran parte de este inventario se perdió. Hoy lo que queda es de gran valor histórico para la ciudad.
De acuerdo con Mercedes Medina de Pacheco, escritora del libro Localización, historia y arte de las iglesias coloniales de Bogotá, “conocer y valorar los templos que tienen estos tesoros artísticos debería ser tan importante para nosotros como lo es para los habitantes de Europa y México. En esos países, el esfuerzo por conservar su historia no impidió su desarrollo económico. Por el contrario, ha hecho que los ciudadanos, orgullosos de sus raíces, sientan amor por lo que tienen y quieran conocerlo, conservarlo y promoverlo”.
A continuación presentamos la historia de 12 de las 25 iglesias coloniales que aún se conservan en el centro de la capital y que conservan la historia artística de los primeros años del arte religioso. Entre ellas se incluyen los santuarios de Monserrate y Guadalupe, así como la capilla del Sagrario y los conventos de San Ignacio de Loyola y Santo Domingo, que fueron fundamentales para consolidar las tres órdenes y la religión católica en la ciudad.
Catedral Primada
La estructura que se encuentra a un costado de la Plaza de Bolívar, además de ser uno de los recintos religiosos más destacados del país, ha pasado gran parte de su historia en obra. Una renovación, problemas de infraestructura y un terremoto hicieron que fuera construida cuatro veces.
Adentro se encuentran 12 capillas, un órgano barcelonés del coro, que fue construido en 1980, y un Cristo traído en la Conquista, ante el cual se dio la primera misa en 1538. Finalmente se encuentran las obras del pintor colonial Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos.
El Humilladero
Se cree que en la pequeña capilla, ubicada al lado del Chorro de Quevedo, fue donde se realizó la primera misa en la fundación de la ciudad. El pequeño recinto fue construido en la plaza San Francisco, pero por la sencillez del edificio, la Cámara de Representantes consideró la estructura sin mérito arquitectónico, por lo que ordenaron su demolición y traslado al Chorro. El lugar era frecuentado por ladrones que le tenían devoción a un antiguo calvario, que ahora está en la iglesia de La Tercera, en el que aparecen Jesús y los ladrones Dimas y Gestas, que murieron a su lado.
La Capuchina
Esta iglesia de los frailes capuchinos, una orden que se desprende de la franciscana, se convirtió en 1827 en la parroquia de San Victorino, luego de que el terremoto destruyera la zona. Durante el proceso de independencia los clérigos a cargo de la iglesia tuvieron que huir de la ciudad, luego de que Simón Bolívar les declarara la guerra a los realistas. Al quedar abandonado, el libertador lo declaró colegio para los hijos de los mártires, pero eso nunca se concretó. Desde la Colonia el templo fue considerado uno de los que cuenta con la mejor acústica en la ciudad.
Monserrate
A mediados del siglo XVII, Pedro Solís de Valenzuela se dedicó a la construcción de una ermita en la cumbre del cerro Las Nieves. Para esto ordenó traer desde España una copia de Nuestra Señora de Monserrat, patrona de los catalanes, que vivían en Santa Fe de Bogotá. A su término, los agustinos se hicieron cargo de su cuidado y luego fueron los jesuitas quienes promovieron el arte. Uno de los que intervino el templo fue el escultor Pedro Lugo de Albarracín, quien taló en madera, policromó, puso ojos de vidrio y cabello y pestañas naturales al Señor Caído de Monserrate.
Guadalupe
La inestabilidad del terreno en el cerro ha ocasionado su caída en cuatro ocasiones. La primera construcción se inició en 1656, cuando se comenzó a venerar a la Virgen de Guadalupe en el cerro. Luego se hicieron cinco intentos antes de llegar a la estructura actual, hecha durante el siglo XX. Allí se elevó 15 metros una Virgen, que se encuentra sobre el pórtico de la capilla y tiene sus brazos abiertos hacia la ciudad, en la montaña junto a Monserrate. Dentro del templo hay una Virgen tallada en madera, que representa a la Guadalupe de Extremadura.
Para leer completa esta noticia, pueden ir al enlace de El Espectador: https://www.elespectador.com/noticias/bogota/la-ruta-de-las-iglesias-coloniales-en-el-centro-de-la-ciudad-articulo-830789
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