NOTA DEL ADMINISTRADOR: La siguiente reseña histórica sobre el Barrio Egipto ha sido escrita por el administrador del Sitio Bagatela Juan Carlos Quenguan para dar a conocer ante la Junta de Acción Comunal del Barrio Egipto en el año 2018.
LUCHANDO POR EGIPTO
Por Juan Carlos Quenguan Acosta
Egipto, el guardián de la historia, el vigía silencioso, uno de los miradores de Bogotá. Egipto, desde la Colonia Española como arrabal, pasando por su creación en 1890 como el séptimo barrio de Bogotá por el Concejo Municipal y la creación de su Junta de Acción Comunal con personería jurídica desde 1967. Egipto, religioso desde la construcción de la primera ermita en 1651 bajo dirección de don Jerónimo de Guevara y Troya, pasando por la erección como parroquia por el arzobispo de Bogotá Vicente Arbeláez en 1882.
Egipto, un barrio histórico, marginado, pobre, popular, cultural, religioso; perteneciente a la Localidad La Candelaria, conserva en sus casas de arrabales y barrios obreros, esos balcones de madera, techos artesanales, con sus cornisas decoradas de diferentes estilos y sus características paredes de fachadas, sean de un piso o de dos pisos, de diferentes tonalidades de colores.
Cuando Bogotá era Santafé, el barrio Egipto era un lugar de bosques nativos, cuyos montes fueron visitados por los muiscas para realizar rituales religiosos en sus cúspides, para implorar que en momentos lluviosos los rayos no cayeran sobre sus chozas. Los españoles decidieron colocar una cruz de hierro, para servir como un pararrayos desde 1556; lugar adecuado para que en los siguientes años fuera idóneo de realizar las Fiestas de La Santa Cruz del 3 de mayo, tradición que aún conserva por la elaboración de las cruces artesanales, hechas de ramas de los árboles nativos del sector en las manos arrugadas de las vecinas.
Viendo las construcciones de casas de arrabal conocidas como chozas de paja, y la condición humilde de sus primeros pobladores, entre indígenas artesanos, mestizos surgidos del abuso sexual de los españoles a las mujeres nativas y los primeros campesinos, que no accedían a los servicios religiosos de las primeras parroquias de Santafé; el padre Guevara y Troya fue el primer religioso que los acogió, para construir en el espacio del Patio de Los Naranjos de su casa, cerca donde estaba la cruz la primera ermita, que en documento escrito a mano al arzobispo de Santafé fray Cristóbal de Torres la denominaría como la ermita de Nuestra Señora del Destierro y Huida a Egipto de los extramuros de Santafé.
Creada la ermita, se estableció para fecha de sus primeras fiestas patronales el día 12 de enero, fecha que al paso del tiempo fuera trasladada por la erección como capellanía en 1736 por el entonces arzobispo Antonio Claudio Álvarez de Quiñones, a la fecha del 6 de enero, día de los Santos Reyes Magos, para que las autoridades españolas las denominaran Fiestas de Egipto.
Creado el virreinato del Nuevo Reino de Granada, en 1757 el virrey carismático y piadoso don José Solís Foch de Cardona, estableció las construcciones de infraestructura para beneficiar a la ciudad colonial, como lo fue el Acueducto de Aguanueva y el paseo empedrado con el mismo nombre, pasando de subida por el entonces arrabal de Egipto, para inaugurarlo e inspeccionarlo.
El estallido de la Independencia motivó a los vecinos del arrabal en apoyar dicho proceso, independiente del liderazgo de los denominados criollos, quienes, por ambiciones personales por el poder político y económico, disputaron la primera guerra civil denominada la Patria Boba; razón por el cual, las Fiestas de Egipto eran suspendidas por decretos del entonces gobierno de Cundinamarca entre 1813 y 1815.
El general español Pablo Morillo sometió a varios patriotas a juicios de guerra, condenándolos a presidio, a destierro o a fusilamiento. Después el virrey, Juan Sámano persiguió a aquellos habitantes de Santafé que auxiliaban a las tropas patriotas de forma clandestina. Víctimas del virrey fueron Policarpa Salavarrieta y Juan Molano. Uno de los sobrevivientes de esa época del terror era el general Hermógenes Maza, quien se escondió en una de las casas de choza en el sector de Egipto y al saber de la victoria lograda por las tropas lideradas por Simón Bolívar, ayudó a los demás vecinos en capturar a los soldados españoles que aún quedaban.
Los gobiernos republicanos del siglo XIX decidieron administrar bajo intenciones caudillistas, impidiendo la participación del pueblo bogotano, más todavía cuando surgió la Sociedad Democrática de Artesanos, entidad que defendía a artesanos, campesinos y moradores en condición de pobreza. Sin embargo, a partir del gobierno de José Hilario López, liberales y conservadores tildaron a la sociedad como una guarida de malhechores.
Constituida la República de Colombia desde 1886, las acciones del alcalde Higinio Cualla por el recién barrio Egipto eran claras: la creación del barrio al sector habitado por más de 10000 vecinos provenientes de diferentes regiones de Colombia, el apoyo a la Parroquia de Egipto y la inauguración de uno de los primeros acueductos de Bogotá en forma de tanques y tuberías de hierro, ubicado al costado norte de la Plazoleta de Egipto desde 1888. En ese tiempo, los diferentes cronistas dieron a conocer Egipto por las tradicionales misas de aguinaldos con coros de niños, la creación del pesebre al aire libre en el costado norte de la ermita y las tradicionales Fiestas de Egipto, evento denominado por el cronista José María Cordovéz como la Fiesta de Los Reyes Magos.
Después de remodelada la fachada de la ermita por parte del padre Guillermo Ángel y Ovalle y la conservación de la misma por el párroco e historiador Juan Crisóstomo García; por recomendaciones de la comunidad del barrio para que ampliaran el templo parroquial, el arzobispo de Bogotá Bernardo Herrera Restrepo nombró al padre Julio César Beltrán, quien fue a Roma para realizar los seminarios para ser monseñor y buscar ideas de arquitectos italianos para dar forma al nuevo templo. De regreso a Bogotá, buscó ayuda económica para la construcción del templo, los arquitectos e historiadores bogotanos se oponían al proyecto; pero el párroco encontró apoyo del arzobispo de Bogotá y de la comunidad del barrio para emprender el trabajo conjunto. Para buscar más recursos, creó bazares y fiestas para la recolección de fondos de la construcción del templo de 1915 a 1930.
Durante el proceso de construcción, el párroco Beltrán decidió aportar diferentes acciones sociales, como la creación del primer comedor comunitario, denominado “Barriga llena, corazón contento”, la creación del primer gimnasio infantil para los niños pobres del sector y la primera escuela nocturna para los adultos. En 1928 creó la Sociedad Pontificia como la primera mutual del Barrio Egipto.
Desde 1935, apareció la fábrica de aguardiente artesanal, más conocida como “Chirrinchi”, en lugares clandestinos como “cafuchas”, cuyo propietario era Fidel Baquero, más conocido como “Papá Fidel”, quien se enriquecía del negocio para ayudar a sus vecinos del barrio y crear al banda de los “Cafuches”; mientras eso pasaba, un grupo de vecinos en colaboración con la inspección municipal y el párroco José Ignacio Colorado, crearon la Junta de Mejoras Públicas, que se reunía todos los domingos para discutir sobre las mejoras de edificios y calles del barrio, apolítica de los partidos tradicionales.
Fallecidos personajes como Fidel Baquero y el recordado vecino de infancia y adolescencia Jorge Eliécer Gaitán, el surgimiento de bandas para controlar el contrabando y la prohibición de la chicha por parte del gobierno de Mariano Ospina Pérez, en 1950 llegó el padre Luis Alejandro Jiménez, quien con espíritu pueblerino y guadalupano, emprendió su tarea comunal y social, apoyando a la Junta de Mejoras Públicas para la remodelación de la recordada y tradicional plazoleta de mercado Hermógenes Maza y la pavimentación de la malla vial del barrio, para dar el paso de los autobuses por el barrio y establecer un paradero, usado por las empresas Metropolitana y Flota La Macarena.
Acto seguido, buscó en los archivos del padre Guevara y Troya, para comprobar que las primeras fiestas patronales de enero que tuvo Bogotá era la Fiesta de Reyes de Egipto y convenciendo de buena manera a la comunidad, decidió remodelar dichas fiestas con gran creatividad e ingenio, apoyando al surgimiento de las mutuales El Cinto, La Guadalupana y La Mixta. Estas fiestas estremecieron con su alegría y colorido a toda Bogotá, tanto que fueron visitadas por personalidades como el entonces alcalde mayor Virgilio Barco y el entonces presidente de la república Misael Pastrana.
Como era devoto a la Virgen de Guadalupe, el párroco decidió con la comunidad en la: remodelación de la ermita de más de 300 años y la construcción de la carretera al cerro. Uno de los apoyos del párroco era la creación de la Junta de Acción Comunal del Barrio Egipto en 1967, como entidad que reemplazaría a la Junta de Mejoras Públicas, de una manera más integral dirigida a toda la comunidad.
La Junta de Acción Comunal del Barrio Egipto luchaba contra diferentes adversidades: el proyecto de la Avenida de los Cerros de 1972 por el alcalde distrital Carlos Albán Holguín, en el cual la JAC estableció alianzas con las demás juntas y apoyar a los Comités Pro-Defensa de los Barrios Surorientales para impedirlo; la división del barrio en Egipto Bajo y Egipto Alto en 1976; el surgimiento de las bandas delincuenciales como los “Gasolinos” y los “Gallinazos”, quienes crearon sus fronteras invisibles y controlar el microtráfico; la construcción de la Avenida Circunvalar entre 1982 y 1985, solicitando ayuda a abogados, arquitectos e ingenieros en asesorías, quienes tomaron la vocería con el nombre de “Taller de Ciudad”; y la defensa de la mutual de la plaza de mercado Hermógenes Maza para que no desapareciera, creando el “Diario de La Plaza Egipto” en 1985, para criticar y denunciar al IDU y a la Corporación La Candelaria.
La JAC del Barrio Egipto realizó importantes gestiones, como en el apoyo a la Parroquia de Egipto en el difícil momento de paz entre pandillas de los “Pilos”, los “Ponchos” y los “Aurelios” en 1998; la lucha por mantener las Fiestas de Reyes, después de la prohibición a la chicha y la Quema del Diablo por el alcalde distrital Antanas Mockus entre 2003 y 2005; la negación ante el proyecto de la Unión Temporal de Artesanos Egipto desde 2008, por comprar predios a precios irrisorios para desplazar a la comunidad; la reparación de la Calle 10 que era negada por la Alcaldía Local de La Candelaria, pero por presión de la comunidad en el 2017, se logró el hecho; y abriendo las puertas para que proyectos como el denominado Breaking Borders, liderado por el grupo de expandilleros los “Pilos” participara en el Premio Cívico Por Una Ciudad Mejor en el 2016, logrando el quinto lugar entre los más de 120 proyectos propuestos en Bogotá.