Del poemario EXTRAÑO HUÉSPED de Juan Carlos Quenguan:
EXTRAÑO HUÉSPED
Alguien entró,
no trae llaves,
no es un residente,
es un visitante,
entró para quedarse
en el profundo rincón
de cavidades diminutas.
No se sabía de su procedencia
ni se conocía de sus intenciones,
sólo permanecía como huésped
que quiere incidir
en decisiones ajenas.
El dueño no soportaba
la presencia del huésped,
quería desalojarlo de cualquier forma
sin diálogo,
sin respeto,
sin tolerancia,
trató de expulsarlo.
Luchó con todas sus fuerzas
pero no podía,
sólo un método tomaba hacer:
aceptar al extraño residente,
para dejarlo aburrir
en sus cavidades oscuras.