TOMOE
Por: Juan Carlos Quenguan Acosta
CAPÍTULO QUINTO: GUARDIANAS DE LA PRINCESA.

SaturnGirl por JCQA, dibujo calcado del personaje Hotaru Tomoe/Sailor Saturn de la franquicia Sailor Moon de Naoko Takeuchi.
Hotaru volvía a clases en la Sede Administrativa de la S. C. A., donde fue abordada por los compañeros de clases de Juan, preguntando por su estado de salud.
—Juan está bien, está en reposo, me dijo su mamá que en una semana regresará— comentó la joven japonesa.
Durante el desarrollo de clases, Hotaru pensaba en una y otra vez sorbe su revelación ante algunas personas, considerando la forma de no hacerlo, más si desconfiaba de los oficiales de policía como el general Gaitán o el teniente Arboleda.
Al mediodía, la vida laboral de los ciudadanos de Bacatá era normal, más cuando salían de sus lugares de trabajo para almorzar. Los buses biarticulados estaban repletos de trabajadores, que iban a diferentes lugares para almorzar.
En una de las estaciones del servicio de buses al occidente de la ciudad, los pasajeros que esperaban las diferentes rutas que los llevaban a otros lugares, escucharon un ruido de una explosión, alarmados, miraron por ambos lados cuando se enteraron que uno de los buses, que no venía con pasajeros quedaba parado, consumido por el fuego en su interior, estacionado cerca del punto edificado de madera y metal.
—¿Qué pasa? — Preguntó preocupado uno de los pasajeros.
—No lo sé… —respondió una pasajera.
Un joven asomó su cabeza cerca de una de las puertas de vidrio, contemplando al automotor incendiado.
—No puede ser, ¡están atacando de nuevo! —gritó el joven.
Tras llegar otro de los buses, los pasajeros subieron en él de manera brusca y rápida, para huir del lugar.
Después de pasar dos estaciones, los pasajeros sintieron aliviados, cuando en el momento que el bus se subía por el puente vehicular en forma de glorieta, in haz de luz roja hacía explotar uno de los carriles del puente de concreto, provocando el violento freno del bus, fomentando pánico a los pasajeros que estaban adentro.
Aterrorizados en sus rostros, fueron a las ventanas del bus biarticulado para tratar de salir, de pronto, contemplaron a un pequeño personaje de gafas oscuras, tez morena y turbante de color verde pasto, quien apuntaba de su mano derecha varios disparos de haz de luz rojo hacia el otro lado del puente.
El ataque era registrado en los principales noticieros de televisión colombiana como noticias extra, para interrumpir la programación habitual en los canales de televisión nacional.
Entre las personas que se enteraron estaba Hotaru, quien agarró su maleta, se despidió de sus compañeros y caminó a pasos largos, saliendo de la edificación, encontrando una puerta de reja medio abierta de una de las bodegas cercanas, donde descargaban materiales de plástico, ingresó allá y rápidamente se cambió de traje, para salir del lugar volando.
El pequeño personaje siguió disparando hacia la estructura del puente, haciéndolo tambalear. Sin embargo, el último disparo era dispersado por un campo de energía que protegió al bus biarticulado.
La presencia de Saturn Girl alegraba a muy pocos y desconfiaba a muchos, no sólo en el bus biarticulado, sino también en los transeúntes y policías que corrían y desesperaban.
—Por fin apareces— dijo con voz de infante el personaje.
—¿Eres de los Alzados Azules? —preguntó seria la joven.
—Así es, mi misión es llevarte a nuestra base, si resiste, eliminaremos todo lo que hay en esta ciudad— respondió el personaje con tono serio de voz.
—Nunca aceptaré en ir allá, si voy allá es para derrotarlos— dijo la joven.
La respuesta era escuchada de manera atenta por el personal del grupo armado desde la sala de computación de la base, uno de ellos escribió un mensaje de texto al comandante, quien de una vez respondió en dar una orden para que el grupo de androides atacaran a la poderosa chica.
Recibida la orden, el personaje, quien era un androide, se lanzó con paso fulminante, para atacar con su lluvia de golpes, hacia la inexperta joven, quien trató en defenderse, pero esas constantes lluvias de golpes eran frecuentes que Saturn Girl recibiera esos golpes, quien sin pensar cayó hacia el suelo, abriendo un cráter de un metro de diámetro en un canal artificial de río.
Hotaru trató de levantar y reponer para responder al androide, pero recibió un fuerte golpe desde otro ángulo, cerca de una de las edificaciones, al car de nuevo volteó su mirada para ver a otro androide, de estatura alta y piel de azul rey, quien propició un rápido y fuerte golpe de pie al cuerpo de la golpeada chica, quien tomó aire y tras levantarse concentró su poder en su cuerpo, para que al instante dio su contraataque, lanzando su haz de luz blanca de sus manos hacia los escurridizos androides, para lanzarlos contra el suelo.
En ese instante, al ver que el bus biarticulado estaba a punto de caer del puente debilitado, Saturn Girl acudió en su rescate, levantando con todo cuidado, para llevarlo al puente en la parte fuerte de su infraestructura, para que los pasajeros que estaban adentro sintieran alivio por el rescate.
Tras colocar el bus biarticulado para que volviera a circular, Saturn Girl recibió otro disparo a su espalda, del cual la dejó aturdida, mirando a un tercer androide, de estatura alta y bastante corpulento. La joven quería responder, pero era cocida de sorpresa a sus pies por el segundo androide, para golpearla contra el piso de concreto de la avenida debajo del puente vehicular.
Los tres androides reunidos siguieron golpeando a una dolida Hotaru, quien pensaba en rendirse.
“Jamás debes rendirte princesa… Levántate y sigas luchando, ya que nosotras estaremos siempre a tu lado, protegiéndote como en nuestros tiempos…” Dijo una voz familiar en el corazón de la confundida chica. Al escucharla, Hotaru comenzó a identificarla, cerró sus ojos y concentró su alma, aun cuando los androides aún daban golpes sucesivos.
En ese mismo instante, dos fuertes vientos sacudían sobre el lugar, descontrolado a los tres androides, quienes, al recobrar sus vistas, contemplaron el momento en que el cuerpo de la hermosa chica era elevado por esos vientos hacia donde estaban dos siluetas femeninas con alas plateadas, portando gorros plateados, una de vestido rosado ajustado al cuerpo y otra de vestido negro con bordes dorados, con chaquetilla de color blanco.
—¡Hotaru! ¿Estás bien? — Preguntaba una de las dos siluetas femeninas.
La chica abrió sus ojos azules y se sorprendió al verlas.
—¿Hayate? ¿Haruna?
Ambas asentaron y tomaron sus manos con Saturn Girl para que repusiera del golpe.
—Sabemos lo que te pasó, no sólo por lo hablado por nuestro tío Souichi, sino por las guardianas, de quienes hemos reencarnado— dijo Haruna.
—Por ahora, debemos derrotar a esos sujetos— dijo Hayate.
Después de recibir del fuerte golpe de los vientos, los tres androides contemplaron de sus frías miradas a las decididas chicas, quienes, en intento de posición defensiva, se prestaban para que aquellos sujetos atacarán de frente.
Durante el intenso combate cuerpo a cuerpo, a pesar de no saber pelear, las tres chicas resistían, esquivando de los diferentes ataques que propiciaban los androides.
—¡Son rápidos! —Habló en voz alta Haruna.
—¡Debemos atacar! — Gritó Hayate.
—¿Cómo? — Cuestionó Haruna.
—¡Confíen en tus capacidades, como en nuestros tiempos en el Reino! — Pidió Hotaru.
Las tres chicas cerraron sus ojos, concentrando en sus recuerdos como la princesa y sus guardianas del Reino de Saturno: Hotaru como la princesa Kara, Hayate como Reinforce, la guardiana líder y Haruna como Signum, la guardiana de fuego.
Cuando los androides se lanzaron de nuevo contra las chicas, ellas hicieron una coreografía ordenada, con movimientos corporales al estilo de una sesión de gimnasia olímpica que esquivaron los ataques de los sujetos, poniendo sus manos sobre los hombros de ellos, dando una voltereta con sus cuerpos y propiciando un fuerte golpe de pie derecho por la espalda de cada androide para tumbar. Ellos trataron de dar una vuelta para reaccionar, pero ellas lanzaron un fuerte golpe con su pie izquierdo a cada rostro de los tipos, tirándolos rápidamente contra el suelo de la avenida debajo del puente vehicular. Los conductores, pasajeros y transeúntes vieron horrorizados ante el combate, lo único que querían eran salir en pánico del lugar.
El personal que controlaba a los androides se angustiaron ante los movimientos de las chicas y enviando comandos desordenados desde sus ordenadores, hicieron para que aquellos se levantaran tardíamente, para luego ser atacados por las violentas ráfagas de auras de energía en forma de pelotas de voleibol, lanzadas por las manos derecha de la princesa y sus guardianas hacia los abdómenes de cada androide, rompiendo todas sus estructuras para provocar fuertes cortos circuitos y con ello las tres explosiones, desconectando toda comunicación.
Tras la derrota, Barón Blue exigió enojado explicaciones a sus subalternos sobre lo ocurrido, dichos cuestionamientos no tuvieron respuesta.
—¿Cómo va a cuestionar ante algo que usted mismo estableció? — Preguntó una voz femenina, quien cruzando sus brazos y recostada sobre la puerta principal del despacho del barón.
—¿Acaso debo estar en frente de los modernos computadores? — Cuestionó el barón.
—Para nada…— Respondió la joven, quien, sin bajar sus brazos cruzados, caminó hacia donde estaba el escritorio del comandante —los años carcomen tu mente mi barón, ya no tienes la misma frialdad que te caracterizas…
El barón tomó su aire y se tranquilizó, sonriendo ante el comentario de la joven.
—Lo dices porque eres una científica androide— dijo el barón, quien continuó —a propósito, ¿ya tiene a nuestro androide especial, para debilitar a la princesa que se hace llamar Saturn Girl y a sus guardianas?
—El próximo androide está lista— respondió a científica, luego agregó —después de resistir ante nuestros experimentos, ha podido tolerar ante el tratamiento del líquido de nanobots, a diferencia de su acompañante quien no lo toleró, causando una desfiguración de su piel, manteniendo intactos sus órganos vitales.
—No hay más opción, toca usar al androide dieciocho…— dijo el barón pensativo.
—Lo que sí me intriga del acompañante es que, como científico que era, sabía sobre su hermano y su familia, además de saber sobre el vínculo que tuvieron con la primera Saturn Girl en los Estados Unidos…
El comandante se levantó de su cómoda silla y al mirar el rostro de la imagen congelada de Saturn Girl en la ciudad de Bacatá en los monitores de los computadores, sonrió.
—Entonces, todo conduce a la familia Tomoe… Ahora tengo la fuerte teoría de saber quién es verdaderamente la princesa del Reino de Saturno… Bien, ordene al androide dieciocho que vaya a Bacatá, acabe con toda la familia Tomoe y tráeme viva a Saturn Girl.
Publicado para el medio alternativo Sitio Bagatela el 1 de enero de 2022.